11 de agosto de 2024

 Vivís en mi boca

En nombre de todos los pájaros, te declaro

"vuelo y guarida"

Entonces esperaré de tu parte

que me nombres merecedora de todas tus lecturas

en voz alta

Y con ese compromiso aprovecho para decir

 que si resultara herida, tus manos siempre

podrían salvarme

Vivís en mi boca, en la ficción que armo para recitarte

en los ríos contra corriente que luchan por buscar su cauce

El día que estemos juntas. Juntas como las letras de un verso

seremos por fin eso que nunca pudimos nombrar

ese algo que encierra el deseo, el instante no casual

de la mujer real

la certeza inevitable del amor, donde ya no tiene caso desmentirnos

La herida

La herida marcó el tiempo
a donde hemos llegado
nada sucede sin advertirlo
las veces que fuiste mi ausencia
aprendí a salvarme de la aridez
el deseo se arrastró hacia nosotras
como saqueos que merodeaban
Estábamos escritas para siempre
con la prisa detenida de quien espera
raspando el suelo para amojonarlo
temblando mudas desde la orilla
nos hicimos hogar a pesar del precipicio
Todo lo que dolió tendrá que curarse
franquearemos la corteza con sabiduría
sentiremos el peso de interrumpir la luz
nos echaremos la culpa de oscurecernos
volveremos en un aleteo burocrático
a tomar el cielo por la espalda
saldrán de nuestras bocas poemas al azar
mis manos llevaran tu nombre agazapado
pero a nuestro próximo encuentro
le sumaremos un poco mas de territorio

20 de mayo de 2015

"Y tantas mariposas distraídas han fallecido en tu mirada que las estrellas ya no alumbran nada...".
Gerardo Diego (poeta español)


Te miro de lejos al costado de un silencio que me prohíbe mencionar tu nombre. Para què sirven los momentos sino son para detenerse sobre un cielo atardecido de horas pasadas por alto. Tu vida chorreando, mojando mis zapatos que buscan caer en la silueta de tus pisadas. Espero una frase acertada para verte sonreír y no pierdo la distancia que me quema por dentro, como un aliento de fuego recién encendido. Tu voz es una tierra de oportunidades, de allí me cuelgo cuando busco recordarte queriendo subirte a mis alas. Tal vez no haya forma de que lo sepas. De que sepas que conservo la sensación del único abrazo que me diste. Fue ese día que evadimos la lejanía y creímos en algo que nunca explicamos con palabras. Yo no hablaré de la duda que leí en tus ojos ni del amor que temblaste al darme un plato que casi guardo, de por vida, como recuerdo. Es la esclavitud de un barco amarrado, la lluvia que busca desesperadamente  hundirse en los cultivos. La nostalgia de tocar tu cara, y entender, al fin de cuentas, para que se inventaron mis manos.

...te espero en aquel final que una tarde arriesgamos de pasada.

27 de octubre de 2013

"Vivir e inventar. Lo intenté. Debí intentarlo. Inventar. No es la palabra. Vivir tampoco. No importa. Lo intenté. Mientras la gran fiera de la seriedad se paseaba en mi interior, rabiando, rompiendo, desgarrándome. Lo hice. Completamente solo, bien escondido, me echaba faroles, a solas, durante horas, inmóvil, a veces en pie, como si me hubieran embrujado, gimiendo."
Samuel Beckett



Se pierden las cosechas, se desparrama tu tiempo como un reloj de arena averiado.
La vida pasa a ser ese eco que te recuerda cada noche que no deberías estar ahí. Y entre tanto que insistís, porque todos algunas vez insistimos, los  segundos se suman como una  torre gigante de andamios. Te sobran motivos , te faltan agallas, el entorno te resuelve y te revuelve mientras girás en un mundo ahogándote de excusas. De la lastima a lo cierto se confunden tus manos en un cuerpo sin formato, pero vos estas ahí, a los pies de una cama, esperando… que se duerma... para llorar hacia adentro en ese interior secreto con salida al mar. Y soñás descalza y pisás la playa mientras vuelan las gaviotas que envidiás, y en esa libertad de los pájaros te preguntas si será posible, como si posible, fuera algo que debiera ser permitido.

24 de septiembre de 2012

“Podemos comprar el tiempo de las personas; podemos comprar su presencia física en un determinado lugar, podemos incluso comprar algunos de sus movimientos musculares por hora. Sin embargo, no podemos comprar el entusiasmo, no podemos comprar la lealtad, no podemos comprar la devoción de sus corazones”

Clarence Francis


Vos querías ser piloto y yo solo quería volar, por eso, mientras vos sumabas horas de vuelo yo atravesaba el viento a tus espaldas.
De tus lecciones quedó esa tendencia circular y estructurada,
De mis acrobacias, la libertad de mis alas y los golpes de suerte.
Me hablaste del sistema límbico, de los hemisferios y la dopamina,
Yo de esos 5 segundos de gloria entre que supe tu nombre y adoré tu cara.
Lo que te asusta no es morir, sino perder el control en mis brazos.
Y lo que a mi me asusta es vivir, sin perder el control en los tuyos.
Vos elegiste pensar mientras yo decidía sentir, y entre tu razón y mis latidos existen más de 10 motivos para encontrarnos.
Me lanzaste tus errores como arena, pero los peces no cierran los ojos ni evitan las playas, por eso seguí, para navegar por el azul de tus ojos hasta dar de lleno en tu alma.
Te dedicaste a construir muros y yo a derribarlos, contrataste seguros de incendio y aclaraste, que ese riesgo era yo.
Ya sabés que detesto las reglas y que ser abogada me alertó por donde escapar.
Que si yo me lleno de palabras vos te llenás de silencios y que si la vida nos diera un punto de encuentro sería a mitad de camino, entre tu mente y mis sueños.

Por eso te advierto, que si cerrás los brazos, yo me quedo adentro…