Y no sé de qué modo,
dejar de adorarte sin duelo
entre nunca y quién sabe.
Cuando quemes tus naves
no me pierdas las llaves del cielo.
Joaquín Sabina
Había una vez un nene que se había hecho amigo de una nena que vivía del otro lado de la pared.
Como no se veían ni tampoco podían oírse aprendieron a comunicarse a través de un orificio de la medida de un caramelo. Por medio de los colores y los sabores intercambiaban dulces como sensaciones.
Él se recostaba contra el muro para oírla respirar aún sabiendo que jamás la escucharía, sin embargo soñaba con su aliento y con su cara. Ella tenía la altura de una silla y el encanto de una hermosa canción. Era inquieta y portaba ojos brillosos como peces huidizos nadando en el fondo del mar.
De todos los caramelos q él le deslizaba ella solo elegía los rojos y los azules, el resto los devolvía y él se veía obligado a comer los que sobraban. Ella le hacia florcitas de papel, las rojas eran mas abiertas y las azules mas cerradas, él le restituía el gesto con barquitos y aviones de colores. Él tenia una colección de flores azules y rojas, ella una flota de aviones y barcos diminutos, pero algo sucedió el día que él con sus manos improvisó un pajarito con un envoltorio cualquiera.
Ella se quedó llorando...
sabiendo que algo había cambiado.
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Porque ya no era aquel, sino otro.
ResponderEliminarCuando la rutina se apodera del amor o delcariño, romperla, a veces, rompe el corazón.
ResponderEliminarQué texto tan hermoso.
Un abrazo!!
Pilar
ResponderEliminarEs verdad. Porque ya no era aquel...
besos
Laura Uve
ResponderEliminarRomper casi siempre rompe los corazones.
un fuerte abrazo!
que bonito cuento. me sorprendio.
ResponderEliminarque bonito cuento. me sorprendio.
ResponderEliminarDavid
ResponderEliminar:)
gracias
beso
y sin embargo no se le debería tener miedo a los cambios, pueden aportar otras cosas, un pájaro para las flores y guiar los barcos.
ResponderEliminarUn abrazo!
Menos mal que ella se dio cuenta de la señal a tiempo.
ResponderEliminarUn beso muy fuerte,
Cecy
ResponderEliminarLos cambios muchas veces son muy positivos, sólo que este niño cambió el juego...
Un abrazón
Alice vio la luna
ResponderEliminarLas niñas tienen/tenemos esa sensibilidad especial.
Un beso enooorme !
Es que el tiempo oxida hasta el amor y se pierde la lozanía del enamoramiento
ResponderEliminarBesotes
En toda relación afectiva, el paso de tiempo predice su duración. Si ambos crecen, si ambos maduran, se conservará el amor; pero si uno de ellos se estanca y no avanza, sucede lo que nos acabas de relatar, el desencanto.
ResponderEliminarUn beso Ana.
no fue porque ya no la quisiera, sino que él necesita alas de pajarito para superar el muro que los separa
ResponderEliminarprimero duele
ResponderEliminarsegundo ella tenía que llorar. por la rutina de siempre que crea insensibilidad o por el cambio que crea inseguridad. tenía que llorar.
tercero qué hermoso lo has dicho!
40añera
ResponderEliminarA la rutima hay que combatirla cotidianamente. Es un trabajo intenso que no siempre tiene buenos resultados.
Besitos
Ana (Taty Cascada
ResponderEliminarCoincido en eso de que no siempre el crecimiento coincide.
El tiempo es devastador cuando las distancias crecen.
Abrazo
Arlane
ResponderEliminarLo de las alas es un buen punto :)
Ojalá logre atravesarlo.
Un beso
camino roque
ResponderEliminarSiiiiii, ella tenía que llorar.
Por todo eso que enumeraste, ella tenía que llorar.
No podría suceder de otra forma.
Un abrazo inmenso
Cuando vemos la señal efectivamente nos quedamos llorando, sólo los enamorados saben hacer esas señales sutiles que el otro capta e interpreta....estamos en ello
ResponderEliminarBellísimo cuento que sobrecoge como las distancias.
ResponderEliminarUn abrazo
Él, terminó con la seguridad que ella tenía en los dos. Desbarató el mundo que tenían creado entre ellos...y eso duele.
ResponderEliminarUn abrazo
Ana
algo cambió en lo cotidiano
ResponderEliminarella primero lloró...luego...habrá aceptado las alas?
beso*
semilla
ResponderEliminarhabrá que estar más atenta. En definitiva las señales son alertas que deberíamos poder interpretar.
Beso
Milu
ResponderEliminargracias linda! Un gusto tenerte dando vueltas por mi tren.
Un abrazo
Ana
ResponderEliminarNi más ni menos...el mundo se les desbarató cuando él decidió hacer un cambio.
Duele. Será cuestión de volver a elegir.
Besitos
Rayuela
ResponderEliminarlas alas ayudan a sobrevolar la zona para terminar de identificar los hechos. Luego el corazón sabrá donde caer.
Beso
Preciosa letra de sabina
ResponderEliminarprecioso escrito, de la mano la ternura y el realismo.
La fotografía no tiene desperdicio
vamos que me ha encantado y por aquí me quedo con tu permiso.
feliz inicio de semana
te echábamos de menos,
ResponderEliminary vuelves a lo grande: hermoso!
Pury
ResponderEliminarGracias por tus palabras. Te invito a recorrer el blog...ojalá te guste el resto.
Empecé mi semana con un hermoso encuentro, espero conservar la sonrisa el resto de los días.
Linda semana para vos.
Menosquemarx
ResponderEliminarHola amigo! Yo también los echaba de menos.
Te mando un abrazote.
Hermoso, tierno y real en el volar.
ResponderEliminarUn abrazo.
Todos tememos, en alguna medida, a los cambios. Espero que haya continuidad en el relato...
ResponderEliminarBeso grande
Isabel
ResponderEliminarGracias! Y ojalá no perdamos las alas...
un abrazo
Horacio
ResponderEliminarEs cierto, los cambios muchas veces asustan, pero cuando son para bien hay que animarse a dar el salto. Continuará...
besos con esperanza
Hola M.E.:
ResponderEliminarEstá muy bueno, me gustó mucho.
¿Es referencial? ¿Lo recordaste o se te ocurrió?
(La respuesta puede hacer cambiar el artificio: de barquito a improvisado pájaro).
Buenísimo.
Saludos.
D.
muy bonito, muy bien manejada la dimensión simbólica del relato y ese desconsuelo final. Mi felicitación, saltar del tren.
ResponderEliminarsaludos blogueros
y sí, no todos saltan del tren al mismo tiempo...
ResponderEliminarY así la vida... siempre cambia, así es...
ResponderEliminarpaz&amor
isaac
Muy bonita la narrativa, parece la vida cotidiana,
ResponderEliminarcuando el amor entra en declive las personas cambian, ya no son las mismas.
un abrazo.
Crónicas urbanas
ResponderEliminarEn algún punto es referencial,veremos cómo sigue la historia.
Te mando un fuerte abrazo
José Antonio
ResponderEliminarme gusta jugar con lo simbólico, es otra forma de decir lo que uno necesita expresar.
saludos blogueros
SAL
ResponderEliminares verdad, no todos saltan del tren al mismo tiempo.
un abrazo
Isaac
ResponderEliminaren ese movimiento de la vida pasan muchas historias de amor y muchos desencuentros.
un beso grande
Ricardo Miñana
ResponderEliminarla vida cotidiana...esa que se va sumando en miguitas de pan.
los cambios a veces son irreparables...
un abrazo
"la altura de una silla y el encanto de una hermosa canción" :)
ResponderEliminarEspero que después del desconsuelo inicial, el barquito le traiga cosas buenas
Un saludo
Tal vez con el pajarito, le quería hacer ver que volaba hacia otros lugares en busca de nuevas sensaciones y eso a veces es vital. Otras en cambio rompe el corazón de quien se queda en el mismo nido. Como siempre bellísimo. Un abrazo.
ResponderEliminarAlma
ResponderEliminarLos barcos siempre traen sorpresas.Ojalá se trate de cosas lindas.
Saludos
Mauro Navarro
ResponderEliminarA veces es difícil acompañar los cambios y uno simplemente se queda ahí, agazapado, esperando quien sabe qué...
Un abrazo
¡Qué bello lo has contado! El discurrir de lo cotidiano que, repentinamente y sin indicios, deja de serlo. Está claro que la nena tenía que llorar, lo sabía antes que él mismo. Me pregunto en qué momento llorará él cuando perciba que la ha perdido y que nunca la recuperara. Porque no la recuperará..., ¿verdad?
ResponderEliminarUn besote grande, como de caramelo gigante.
que hermosa historia... que acertada la cancion de mi paisano Sabina...
ResponderEliminarsiempre me voy llena de cosas hermosas...
un abrazo
me encato mucho mucho
ResponderEliminarun beso
Hola María Eugenia,
ResponderEliminarBella y triste historia.Pero así es la vida,con colores tiernos que dejaron de llenar nuestros ojos y solo siguen existiendo en un rincón de nuestro corazón.
Un abrazo.
Una vez alguien me contó:
ResponderEliminarQue había un gusano
que se paso parte de su vida
trepando por una pared,
intentando alcanzar un sueño,
pero siempre resbalaba,
un día aletargado en su sueño,
despertó mariposa
y volando acertó
poner la llave
en la cerradura del cielo.
-&&-
Un placer haberte leído.