Yo también acepto creer que todo aquí es dulce
Que estoy en mi casa, que el día será hermoso.
Pero justo al pie de la cama está esa araña
(a causa del jardín) que no he pisoteado
bastante, y se diría que aún fabrica
la trampa que espera a mi frágil fantasma...
Philippe Jaccottet
Se que no te elegí, no me preguntes de que se trata la vida cuando el camino gira hacia el otro costado.
Pudo ser todo. Desde las tardes sumisas a orillas de un río a la bestialidad de las olas del mar. Lo más duro fue abrazarte sabiendo que me alejaba. Quien sabe si entre tu sudor y mi cuerpo no se guarda un minuto para entenderlo. De momento sigo con mis vueltas de caracol, grabando sonidos que confirmen mi existencia, sintiendo la amenaza de tu voz, creyendo que podría haber sido, quien sabe, tal vez una vuelta de copas.
Nunca pudiste cambiar ese paisaje que casi termina por deshacernos. Sé que tejo una red para enmarañarte, no me juzgues por eso, no es un juego de niños, ni una maniobra de pescadores, son las trampas de mi mente que me hacen tambalear.
No sé de qué forma quererte, tal vez de esa forma que se va adaptando a mis carencias volviéndome egoísta, tal vez de la forma en que nada busco o tal vez de la forma sin forma que ni siquiera puedo aclarar. Recuerdo la música que un día te regalé sabiendo que nunca dejarías de escucharla. Esos discos de vinilos que dan vueltas al pasado remarcando imperfecciones. De eso se trata. De vos y de mí. De los errores que cometimos y nunca reparamos. De la vida que nos conecta sin terminar de ensamblarnos. Me pregunto si todas las historias tienen salida al mar.
No quise jurarte nada, ni crearte un cardumen con peces de colores, sólo advertí una cueva y me refugié. No quise enamorarte mientras nuestras manos discutían lo contrario.
Es increíble como la vida puede leerse a través de tus ojos, de las veces que supe de mí por vos, del día en que todo tambaleó y vos supiste auxiliarme. Claro que hablo de amor, no de ese que se revuelca en tu cama mientras los pájaros aguardan baladas, me refiero al otro, a ese que va más allá del erotismo. Como la vez que q llorabas porque el mundo era demasiado ancho y yo te lo ajusté para que pudieras abrazarlo.
Dejáme creer que la distancia es un hospital de corazones rotos esperando el alta...y que volverás, como siempre, para consagrar nuestra amistad.
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Todas las historias tienen salidas, no se si al mar. Pero es bello pensarlo como esa ola que se renueva en el crecimiento.
ResponderEliminarQuizás para volver a ser mas amigos, mas amantes, mas humanos.
Un beso y buena semana!
Todas las historias tienen salida al mar. El amor son surcos de tierra descendientes que siempre buscan unirse en el infinito de las olas del mar.
ResponderEliminarTu prosa es excelente, tus metáforas increiblemente intensas y originalinales, belleza y lírica a doquier.
Una vez más, magistral, MªEugenia.
Un beso lleno de admiración.
El sentimiento es más universal cuando se sabe expresar como tú lo haces. Leer en sus ojos, saber de nosotros en la mirada del otro... lo duro de un abrazo cuando se sabe tramo final.
ResponderEliminarGracias. La esperanza de ese volver, 'como siempre' que deja abierto el mundo.
Cecy
ResponderEliminares verdad, el crecimiento va encausando los sentimiento a donde se sienten mas a gusto.
Un placer tu visita
Besos
Marisa
ResponderEliminarMe gusta pensar que las historias de amor tienen salida al mar, es una forma de pensarlas libres navegando entre las olas sin perderse.
Tan cálidas tus palabras...la admiración es mutua
Un fuerte abrazo
Menosquemarx
ResponderEliminarLa vida fluye en presencia del amor,
y como diría un poeta "es tan corto el amor y es tan largo el olvido"
Un beso en la frente :)
lindo !, saltar del tren,
ResponderEliminarDejáme creer que la distancia es un hospital de corazones rotos esperando el alta...
lindo, lindo!
besosconsalidalmar
Mi primera visita, María Eugenia, y ya me gustas.
ResponderEliminarVolveré a tirarme del tren.
Un texto precioso.
Horacio Fiorello
ResponderEliminarGracias amigo, que bueno que te guste.
besosconsalida al mar :)
Sue
ResponderEliminarBienvenida, te espero para que sigamos recorriendo el paisaje.
Un beso
Mª Eugenia, que texto tan hermoso. Qué amor tan luminoso, tan intenso, tan puro..., ¿por eso está más allá del erotismo?
ResponderEliminarEscribes muy bien.
Un abrazo grande.
Laura Uve
ResponderEliminarGracias linda!
Sí, es por todo eso que vos mencionás.
Un fuerte abrazo
¡Quiero morir a orillas del mar!
ResponderEliminarAcepto encantado, y agradecido, tu invitación...¡mi Buenos Aires querido, cuándo yo te volveré a ver! Cuando vengas a Madrid, voy a hacerte emperatriz de La Cibeles. Un abrazo.
Cuando alguien tiene la capacidad de elegir las palabras que tu eliges para describir un sentimiento es que su capacidad de amar es tan profunda como las fosas abiselas de ese mar al que el amor busca fluir.
ResponderEliminarMil besitos
Manuel
ResponderEliminarTe tomo la palabra. Mientras tanto sigamos disfrutando de las letras.
Un abrazo con aire de tango
40añera
ResponderEliminarEl amor fluye en sus diferentes formas, no siempre tiene que ver con el amor de pareja. De todas maneras hay historias que merecen ser contadas.
Besos millones
Una amiga que es capáz de ajustar el mundo para que su amigo pueda abrazarlo, es una verdadera amiga. Si él es verdadero volverá, como vuelven en primavera las alondras.
ResponderEliminarGracias por tu visita a mi casa en la que eres siempre muy bienvenida. Te enlacé.
Un abrazo
Myriam
ResponderEliminarUn placer verte pasar por mi tren. Coincido en que las cosas se acomoden para volver a encontrarnos.
Nos seguimos visitando.
Un abrazo
me pregunto si todas las historias tienen salida al mar
ResponderEliminarme dejas pensativa
Admiración es lo que me causa tus textos. Siempre, en algún momento, los caminos vuelven a encontrarse cuando dos corazones laten del mismo modo.
ResponderEliminarVisitarte es quedarme con la boca abierta, siempre. Me encanta identificarme con tus letras, me encanta meterme entre cada coma explotando en sensaciones.
ResponderEliminarEs un enorme placer, Euge. Gracias.
Te dejo muchos besos.
Te encontré en el blog de Laura y me acerqué a verte. Yo a veces también pienso en saltar del tren, pero mi tren va cargado y yo soy el maquinista, :)
ResponderEliminarMe gustó mucho este relato, escribes muy pero que muy bien.
Un beso
Tus palabras tiene olor a calle deshabitada. tan hermosas y desoladas.
ResponderEliminar"Como si se pudiese elegir en el amor, como si no fuera un rayo que te parte los huesos y te deja estaqueado en la mitad del patio. Vos dirás que la eligen porque-la-aman, yo creo que es al revés. A Beatriz no se la elige, a Julieta no se la elige. Vos no elegís la lluvia que te va a calar hasta los huesos cuando salís de un concierto."
Del capítulo 93 de Rayuela
Van abrazos abrigadores.
MaLena.
camino
ResponderEliminarDeberíamos creer que es así, el mar tiene infinitas posibilidades de encontrar un final feliz.
abrazo
Milu
ResponderEliminarGracias bombón! Los corazones están, sólo falta encausarlos :)
Un beso enorme
Otra pequeña joya con la que deleitarse y disfrutar. Valió la pena volver a sacar billete hasta esta parada. Un abrazo.
ResponderEliminarchica de la farmacia
ResponderEliminarpensé que te habían clausurado el boliche, hace bastante que no tenía noticias tuyas.
Un placer tenerte de vuelta en mi tren y gracias por tus palabras.
Un fuerte abrazo
Jl
ResponderEliminarTe invito a viajar del lado de la ventanilla disfrutando el paisaje...y sin tantas responsabilidades.
Cuando quieras acá hay un espacio para vos.
Besos de estación
Malena
ResponderEliminarComo esos otoños que aguardan ferviente la primavera.
Qué se puede agregar a tu cita literaria?
Tal vez un beso o dos y un abrazo de hasta siempre.
juan andrés
ResponderEliminarqué tiernas tus palabras, espero que el viaje no termine así seguimos disfrutando.
besos en formación
Me gustan las estaciones de tu tren. Pensamientos, reflexiones, vida, amor...lo dices con fuerza y dulzura a un tiempo.
ResponderEliminarUn abrazo.
¡Qué consuelo más hermoso saber que todas las historias tienen salida al mar!
ResponderEliminarMe quedo con el amor esencial que describes.
Un beso,
Muy pero muy bueno, me quedo con eso de
ResponderEliminarDejáme creer que la distancia es un hospital de corazones rotos esperando el alta.
Beso grande
Querida Eugenia, quería pedirte una cosa. ¿Me dejarías un trocito de tu texto para que lo ponga en mi blog, igual que tú pones las citas al principio de cada entrada? (Citándote y enlazando la fuente, claro).
ResponderEliminarEs que me ha inspirado para escribir algo que, aunque no tenga todavía forma definida, me gustaría mucho poder introducirlo con tus palabras.
Un beso.
Virgi
ResponderEliminarMe gusta que te guste. Gracias!!
Un abrazo de estación
Alice se perdió
ResponderEliminarde eso se trata, de un amor esencial.
Besos, con salida al mar :)
Horacio
ResponderEliminarojalá sea cierto que la distancia repara los corazones rotos.
Besitos
La Orquidea
ResponderEliminarSería un honor formar parte de una cita en tu blog. Estoy ansiosa por leerte.
Te mando un fuerte abrazo.
Pues yo creo que es hora de saltar del tren. No podemos perpetuarnos en un sueño, porque mientras miras las estrellas no ves las flores que crecen a tus pies.
ResponderEliminarFenomenal prosa, con mucho sentimiento.
Besossss.
Aniquiladora
ResponderEliminarQue gusto tener tu presencia. Nunca es tarde para saltar del tren y explorar cosas que nos hagan vibrar.
Un beso enorme...y nos estamos visitando
La distancia es un hospital para corazones rotos: es una de las metáforas más afortunadas que he leído en mi vida.
ResponderEliminarHoy tu texto está plagado de frases inolvidables “ver la vida a través de los ojos del otro”, cuanta belleza incendiaria, es como si acaricias a pequeños tientos.
Flamingo
ResponderEliminarjaja me gustó eso de la belleza incendiaria...
Gracias amigo, siempre es un placer recibir tu visita.
Un abrazo
Verdaderamente es hermoso como lo escribes...mas cuando en la historia de dos se anhela la esperanza de la amistad.
ResponderEliminarUn abrazo
Tristísimo. Y me encantó, sobre todo la frase final: "Dejáme creer que la distancia es un hospital de corazones rotos esperando el alta...y que volverás, como siempre, para consagrar nuestra amistad".
ResponderEliminarBesos, Eugenia.
Fede
ResponderEliminarHola lindo, gracias por tus palabras. Es triste pero intenta llegar más allá de la convencionalidad de las relaciones.
besoss
Que lúcida y bella tu mirada. Me toca.
ResponderEliminarEn situaciones como la que relatas me es útil pensar que la pareja es el inconsciente de una misma.
Un abrazo***
Dos sorpresas, tus palabras tan bellas, tan candentes en mi vida en estos momentos, y el Tigre, que llevo grabado en mi alma.
ResponderEliminarUn gran abrazo***
Ofelia
ResponderEliminarGracias bombón por tus palabras tan bonitas.
Que lindo que tengas gratos recuerdos de mis pagos...ojalá vuelvas, realmente está muy hermoso.
Te dejo un abrazo enorme
Y qué belleza de texto. Nos transportas al final y de ahí a cada uno de los momentos pasados y lo que éstos están significando y han significado, todo mientras sucede el abrazo que aleja. Casi sentimos lo vivido en la propia piel, en el corazón, con ese amor que no es el erotismo.
ResponderEliminarGenial la frase de "de las veces que supe de mí através de tus ojos".
Que tenga una salida al mar, Mª Eugenia, al mar más hermoso que hayan podido ver tus ojos.
Un abrazo grandote y tierno para ti.
Mafalda
ResponderEliminarFuiste muy dulce en tus comentarios y también me gustó mucho tu interpretación del texto. Es una gran historia de amor y vos supiste verla.
Un abrazo inmenso para vos.
en la esperanza de esta creencia final....vimos muchos inmersos...esperando que un dia de repente....se "curen" las distancias....
ResponderEliminarhermoso como siempre...
un abrazo
Fire
ResponderEliminarCurar las distancias es una forma de acercarlas...
Tal vez de repente...
un abrazo!
"Como la vez que llorabas porque el mundo era demasiado ancho y yo te lo ajusté para que pudieras abrazarlo".
ResponderEliminarEs muy bello.Pero quizás hubiera sido mejor en vez de ajustar el mundo haberle ayudado a crecer lo suficiente para poder abrazarlo...
Gracias María Eugenia por regalarnos siempre tan buenos instantes de lecturas.Un abrazo.