A veces, el destino se parece a una pequeña tempestad de arena que cambia de dirección sin cesar. Tú cambias de rumbo intentando evitarla. Y entonces la tormenta también cambia de dirección, siguiéndote a ti.
HARUKI MURAKAMI
Descubrieron emociones uno del otro. Ella, que él jamás dejaría de amarla, él, que ella nunca más volvería a ser suya.
En esos momentos todo valió la pena, no así el resto de sus vidas. Ella quiso olvidarlo, él ni siquiera lo intentó. Él hizo esfuerzos por seguir adelante, ella se conformó con vivir en paz. Él sufrió ataques de pánico, ella ataques de soledad.
Ella creyó ser princesa, él fracasó siendo rey. Envejecieron de viejos y de tristeza, de arrepentimientos y conflictos, envejecieron de impedimentos y razón. No volvieron a verse. Él hace bollitos de cartas que nunca entregó, ella no pudo leerlas….
La vida los sorprendió, sólo que a él por la espalda. En su despedida ella preguntó “¿de qué están rellenas las nubes?”… él la miró y respondió “de pochochos, las nubes están rellenas de pochochos”, ella rió y lo besó.
Ese día caminaron. Uno para cada lado. Ella lloró de inmediato.
Él tardo 3 cuadras en hacerlo…pero nunca pudo detenerse.
Tienen algo en común…a los dos les cuesta olvidar.