20 de mayo de 2015

"Y tantas mariposas distraídas han fallecido en tu mirada que las estrellas ya no alumbran nada...".
Gerardo Diego (poeta español)


Te miro de lejos al costado de un silencio que me prohíbe mencionar tu nombre. Para què sirven los momentos sino son para detenerse sobre un cielo atardecido de horas pasadas por alto. Tu vida chorreando, mojando mis zapatos que buscan caer en la silueta de tus pisadas. Espero una frase acertada para verte sonreír y no pierdo la distancia que me quema por dentro, como un aliento de fuego recién encendido. Tu voz es una tierra de oportunidades, de allí me cuelgo cuando busco recordarte queriendo subirte a mis alas. Tal vez no haya forma de que lo sepas. De que sepas que conservo la sensación del único abrazo que me diste. Fue ese día que evadimos la lejanía y creímos en algo que nunca explicamos con palabras. Yo no hablaré de la duda que leí en tus ojos ni del amor que temblaste al darme un plato que casi guardo, de por vida, como recuerdo. Es la esclavitud de un barco amarrado, la lluvia que busca desesperadamente  hundirse en los cultivos. La nostalgia de tocar tu cara, y entender, al fin de cuentas, para que se inventaron mis manos.

...te espero en aquel final que una tarde arriesgamos de pasada.

27 de octubre de 2013

"Vivir e inventar. Lo intenté. Debí intentarlo. Inventar. No es la palabra. Vivir tampoco. No importa. Lo intenté. Mientras la gran fiera de la seriedad se paseaba en mi interior, rabiando, rompiendo, desgarrándome. Lo hice. Completamente solo, bien escondido, me echaba faroles, a solas, durante horas, inmóvil, a veces en pie, como si me hubieran embrujado, gimiendo."
Samuel Beckett



Se pierden las cosechas, se desparrama tu tiempo como un reloj de arena averiado.
La vida pasa a ser ese eco que te recuerda cada noche que no deberías estar ahí. Y entre tanto que insistís, porque todos algunas vez insistimos, los  segundos se suman como una  torre gigante de andamios. Te sobran motivos , te faltan agallas, el entorno te resuelve y te revuelve mientras girás en un mundo ahogándote de excusas. De la lastima a lo cierto se confunden tus manos en un cuerpo sin formato, pero vos estas ahí, a los pies de una cama, esperando… que se duerma... para llorar hacia adentro en ese interior secreto con salida al mar. Y soñás descalza y pisás la playa mientras vuelan las gaviotas que envidiás, y en esa libertad de los pájaros te preguntas si será posible, como si posible, fuera algo que debiera ser permitido.

24 de septiembre de 2012

“Podemos comprar el tiempo de las personas; podemos comprar su presencia física en un determinado lugar, podemos incluso comprar algunos de sus movimientos musculares por hora. Sin embargo, no podemos comprar el entusiasmo, no podemos comprar la lealtad, no podemos comprar la devoción de sus corazones”

Clarence Francis


Vos querías ser piloto y yo solo quería volar, por eso, mientras vos sumabas horas de vuelo yo atravesaba el viento a tus espaldas.
De tus lecciones quedó esa tendencia circular y estructurada,
De mis acrobacias, la libertad de mis alas y los golpes de suerte.
Me hablaste del sistema límbico, de los hemisferios y la dopamina,
Yo de esos 5 segundos de gloria entre que supe tu nombre y adoré tu cara.
Lo que te asusta no es morir, sino perder el control en mis brazos.
Y lo que a mi me asusta es vivir, sin perder el control en los tuyos.
Vos elegiste pensar mientras yo decidía sentir, y entre tu razón y mis latidos existen más de 10 motivos para encontrarnos.
Me lanzaste tus errores como arena, pero los peces no cierran los ojos ni evitan las playas, por eso seguí, para navegar por el azul de tus ojos hasta dar de lleno en tu alma.
Te dedicaste a construir muros y yo a derribarlos, contrataste seguros de incendio y aclaraste, que ese riesgo era yo.
Ya sabés que detesto las reglas y que ser abogada me alertó por donde escapar.
Que si yo me lleno de palabras vos te llenás de silencios y que si la vida nos diera un punto de encuentro sería a mitad de camino, entre tu mente y mis sueños.

Por eso te advierto, que si cerrás los brazos, yo me quedo adentro…



17 de septiembre de 2012

El pueblo se inquieta al ver llorar, como si un sollozo fuera más grave que una hemorragia.

Marcel Proust


Te pienso, es solo eso, pensarte y sentir, sin entender las causas ni buscar los motivos.
Me pregunto si tus ojos azules son peces huidizos nacidos en el fondo del mar. Si el temor de lo incierto te mantiene agazapada y si esa explosión fueron tus penas por dentro.
No hace falta que extiendas tus brazos para encontrarme, yo estoy ahí, a un suspiro de tus làgrimas y a una palma de tu piel, derrotando los fantasmas y acercàndote al final de vos misma. No dejaré que te presiones llenàndote de culpas, no permitirè que te golpees sin intentar poner mis brazos. Contáme de tus naufragios mientras vas descubriendo que no estás sola, mientras el latido triste de la noche va cambiando su canción.
Esta vez, deberías mirar a través de mis ojos, el ahogo de los tuyos te mantiene acurrucada como un bollo de papel. No gires, está la vida desnuda chocando contra todos las ventanas, dejáme vestirla de sueños...


No te alejes, un día cambiaremos al mundo y habrá valido la pena.



1 de septiembre de 2012

Cuando crees que conoces todas las respuestas,
llega el Universo y te cambia todas las
preguntas...
Jorge Francisco Pinto

Me gustaría hacer mi descargo antes que me declares culpable…entiendo que el principio de inocencia se presume excepto en este caso donde pareciera que se invirtió la carga de la prueba. Me dijiste que no era justo venir a desbaratar tu corazón un día jueves y sin protocolo. Podría explicarte mil razones pero la más conveniente es la única que nunca podré escribir con palabras.
Me preguntaste de qué se trata eso del amor a primera vista y me acusaste de enamorarte como si yo no tuviera que acusarte de lo mismo. Agregaste que tu vida estaba tranquila y que los golpes a traición se pagan con noches de insomnio.
Nos miramos, como se mira en tiempos de guerra, y lejos de entregar las armas, cerramos los ojos y disparamos. El mundo estalló por el aire, de tu voz salió mi nombre fraccionado, de mis ojos tus manos y por el contrario de lo que esperábamos, nunca logramos engañarnos.
Todavía seguimos discutiendo de quién fue la culpa. Yo digo que tuya por haberme enseñado el mar a través de tus ojos. Vos decís que mía por haberte hecho reír.


Y tu boca, mitad herida, mitad palabra...
Y mis ojos, mitad tristeza, mitad ilusión...