"Y tantas mariposas distraídas han fallecido en tu mirada que las estrellas ya no alumbran nada...".
Gerardo Diego (poeta español)
Te miro de lejos al costado de un silencio que me prohíbe
mencionar tu nombre. Para què sirven los momentos sino son para detenerse sobre
un cielo atardecido de horas pasadas por alto. Tu vida chorreando, mojando mis
zapatos que buscan caer en la silueta de tus pisadas. Espero una frase acertada para verte sonreír
y no pierdo la distancia que me quema por dentro, como un aliento de fuego recién
encendido. Tu voz es una tierra de oportunidades, de allí me cuelgo cuando
busco recordarte queriendo subirte a mis alas. Tal vez no haya
forma de que lo sepas. De que sepas que conservo la sensación del único abrazo
que me diste. Fue ese día que evadimos la lejanía y creímos en algo que nunca explicamos
con palabras. Yo no hablaré de la duda que leí en tus ojos ni del amor que temblaste
al darme un plato que casi guardo, de por vida, como recuerdo. Es la esclavitud
de un barco amarrado, la lluvia que busca desesperadamente hundirse en los cultivos. La nostalgia de tocar
tu cara, y entender, al fin de cuentas, para que se inventaron mis manos.
...te espero en aquel final que una tarde arriesgamos de pasada.