25 de marzo de 2011

"Escribimos para ser lo que somos o para ser aquello que no somos. En uno o en otro caso, nos buscamos a nosotros mismos. Y si tenemos la suerte de encontrarnos, descubriremos que somos un desconocido. Siempre el otro, siempre él, inseparable, ajeno, con tu cara y la mía, tú siempre conmigo y siempre solo".

Octavio Paz.



Me dijeron que la vida es una historia de aromas y memoria y que si uno se pierde siempre ocurrirá un detalle que te regrese.
Son momentos, como el día que dejé de creer en las instituciones y cuestioné la justicia junto con la lealtad. Son instantes, como la tarde que tomé tu mano y ya no pude soltarla. Son tristezas, como la vez que me despedí de tantas cosas y permanecí estoica esperando que pasara.

El precipicio son mis brazos caídos al costado de mi misma, una pluma de carga y un nudo sofocando mi esperanza.
Los zapatos marchan desatados y los cordones chorrean su nostalgia. La mirada se malgasta en ojos despistados –que no saben de fusión-. Mi estado es una masa de luciérnagas agazapadas, transitando por mi mente a oscuras. La mañana coexiste con mi pena despeinada, revuelta de miserias, invertida de contextos.


La vida tiene ese vaivén de toboganes enloquecidos, de bancos desiertos de plaza, de juegos y desplantes. Y en el medio de los objetos y las emociones estamos nosotros tratando de subsistirnos, eligiendo colores para este mundo inconcluso, pintando sonrisas de payaso, malgastando monedas queriendo comprar un camino, encendiendo las luces para poder encontrarnos.
La vida nos muerde los talones y hay que estar a la altura de las circunstancias, mientras tanto desfilamos prolijos por las calles… sería bueno caminar más aliviados.


Como la vez que arrojé gritos al aire que terminaron en el fondo del mar.

 

12 de marzo de 2011

«No podemos postergar la vida hasta estar preparados para ella. La principal característica de la vida es su coercitividad. Siempre es urgente, aquí y ahora sin postergación posible. Nos disparan la vida a quemarropa.»

José Ortega y Gasset



He decidido vivir con seriedad. Confesar por ejemplo, que lloro, cuando cae la lluvia y un grillo abandonado se ahoga en lo oscuro de un charco.
He decidido –cuantas veces sea necesario- emitir palabras obvias sólo para que me entiendas, y el día que ya lo sepas, disparar sutilezas de amor.
He decidido manejarme con cautela y no arrojarme a tus brazos sin antes anunciar, que la vida entre tus manos, esconde un par de alas sueltas.
He decidido subir barreras, bajar la guardia, alinearme a tu costado y no preguntar de qué hablamos cuando los tesoros caen de mi lado.
He decidido dar un salto, vertical o espiralado, un salto lleno de gracia para evitar discutir la gravedad -porque volar entre pájaros desafía la ley de los cobardes.
He decidido aceptar la responsabilidad de las horas muertas - besarlas hasta revivirlas, vivirlas hasta despedazarlas - y mientras tanto respiro tu aliento, para presentir de tu boca el último sueño o la última bronca.


He decidido...
dibujar un rincón para escondernos
Y por si acaso
una salida de emergencia
con vista al mar
.