20 de mayo de 2015

"Y tantas mariposas distraídas han fallecido en tu mirada que las estrellas ya no alumbran nada...".
Gerardo Diego (poeta español)


Te miro de lejos al costado de un silencio que me prohíbe mencionar tu nombre. Para què sirven los momentos sino son para detenerse sobre un cielo atardecido de horas pasadas por alto. Tu vida chorreando, mojando mis zapatos que buscan caer en la silueta de tus pisadas. Espero una frase acertada para verte sonreír y no pierdo la distancia que me quema por dentro, como un aliento de fuego recién encendido. Tu voz es una tierra de oportunidades, de allí me cuelgo cuando busco recordarte queriendo subirte a mis alas. Tal vez no haya forma de que lo sepas. De que sepas que conservo la sensación del único abrazo que me diste. Fue ese día que evadimos la lejanía y creímos en algo que nunca explicamos con palabras. Yo no hablaré de la duda que leí en tus ojos ni del amor que temblaste al darme un plato que casi guardo, de por vida, como recuerdo. Es la esclavitud de un barco amarrado, la lluvia que busca desesperadamente  hundirse en los cultivos. La nostalgia de tocar tu cara, y entender, al fin de cuentas, para que se inventaron mis manos.

...te espero en aquel final que una tarde arriesgamos de pasada.