24 de septiembre de 2012

“Podemos comprar el tiempo de las personas; podemos comprar su presencia física en un determinado lugar, podemos incluso comprar algunos de sus movimientos musculares por hora. Sin embargo, no podemos comprar el entusiasmo, no podemos comprar la lealtad, no podemos comprar la devoción de sus corazones”

Clarence Francis


Vos querías ser piloto y yo solo quería volar, por eso, mientras vos sumabas horas de vuelo yo atravesaba el viento a tus espaldas.
De tus lecciones quedó esa tendencia circular y estructurada,
De mis acrobacias, la libertad de mis alas y los golpes de suerte.
Me hablaste del sistema límbico, de los hemisferios y la dopamina,
Yo de esos 5 segundos de gloria entre que supe tu nombre y adoré tu cara.
Lo que te asusta no es morir, sino perder el control en mis brazos.
Y lo que a mi me asusta es vivir, sin perder el control en los tuyos.
Vos elegiste pensar mientras yo decidía sentir, y entre tu razón y mis latidos existen más de 10 motivos para encontrarnos.
Me lanzaste tus errores como arena, pero los peces no cierran los ojos ni evitan las playas, por eso seguí, para navegar por el azul de tus ojos hasta dar de lleno en tu alma.
Te dedicaste a construir muros y yo a derribarlos, contrataste seguros de incendio y aclaraste, que ese riesgo era yo.
Ya sabés que detesto las reglas y que ser abogada me alertó por donde escapar.
Que si yo me lleno de palabras vos te llenás de silencios y que si la vida nos diera un punto de encuentro sería a mitad de camino, entre tu mente y mis sueños.

Por eso te advierto, que si cerrás los brazos, yo me quedo adentro…



17 de septiembre de 2012

El pueblo se inquieta al ver llorar, como si un sollozo fuera más grave que una hemorragia.

Marcel Proust


Te pienso, es solo eso, pensarte y sentir, sin entender las causas ni buscar los motivos.
Me pregunto si tus ojos azules son peces huidizos nacidos en el fondo del mar. Si el temor de lo incierto te mantiene agazapada y si esa explosión fueron tus penas por dentro.
No hace falta que extiendas tus brazos para encontrarme, yo estoy ahí, a un suspiro de tus làgrimas y a una palma de tu piel, derrotando los fantasmas y acercàndote al final de vos misma. No dejaré que te presiones llenàndote de culpas, no permitirè que te golpees sin intentar poner mis brazos. Contáme de tus naufragios mientras vas descubriendo que no estás sola, mientras el latido triste de la noche va cambiando su canción.
Esta vez, deberías mirar a través de mis ojos, el ahogo de los tuyos te mantiene acurrucada como un bollo de papel. No gires, está la vida desnuda chocando contra todos las ventanas, dejáme vestirla de sueños...


No te alejes, un día cambiaremos al mundo y habrá valido la pena.



1 de septiembre de 2012

Cuando crees que conoces todas las respuestas,
llega el Universo y te cambia todas las
preguntas...
Jorge Francisco Pinto

Me gustaría hacer mi descargo antes que me declares culpable…entiendo que el principio de inocencia se presume excepto en este caso donde pareciera que se invirtió la carga de la prueba. Me dijiste que no era justo venir a desbaratar tu corazón un día jueves y sin protocolo. Podría explicarte mil razones pero la más conveniente es la única que nunca podré escribir con palabras.
Me preguntaste de qué se trata eso del amor a primera vista y me acusaste de enamorarte como si yo no tuviera que acusarte de lo mismo. Agregaste que tu vida estaba tranquila y que los golpes a traición se pagan con noches de insomnio.
Nos miramos, como se mira en tiempos de guerra, y lejos de entregar las armas, cerramos los ojos y disparamos. El mundo estalló por el aire, de tu voz salió mi nombre fraccionado, de mis ojos tus manos y por el contrario de lo que esperábamos, nunca logramos engañarnos.
Todavía seguimos discutiendo de quién fue la culpa. Yo digo que tuya por haberme enseñado el mar a través de tus ojos. Vos decís que mía por haberte hecho reír.


Y tu boca, mitad herida, mitad palabra...
Y mis ojos, mitad tristeza, mitad ilusión...