20 de enero de 2010

Sé que no te perdí sin haberte abrazado, regalado un helado o hacerte reír...
A mi abuela Rosa


Alzheimer

Fuera acaso una tarde
en que ella se sumó al olvido
o se hizo la distraída
para no confesar sus años
Desde su agonía
fueron más penas de las que hubiera querido recordar
Qué le pasa a mi abuela que tanto se distrae?
Acaso este oficio de vivir
es tan arduo de contar?
No responda a mi pregunta
yo también querré
olvidar.

7 comentarios:

  1. Si no fuera tan triste diría que es precioso. Es muy difícil escribir sobre este tema, y vos lo hacés perfecto. ¿Cuál es el próximo?

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  2. Nadie hace comentarios del Alzheimer eh?????
    Nos da susto. Vamos Valientes, emitan un comentario.
    Escribís precioso, es perfecta tu forma de narrar sensaciones. Vamos! Con este blog hasta la muerte

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  3. Según dijo VICENTE LUIS Mora sobre
    ALZHEIMER Y LITERATURA
    La relación entre Alzheimer y pérdida del lenguaje ha inspirado a muchos escritores. Por ejemplo, en la novela de Amy Tan La hija del curandero, Ruth, la protagonista, traduce las inextricables líneas en chino donde su madre va escribiendo su historia, para que no se le olvide; para Ruth, esa pérdida significa también la de sus mismos orígenes, de la China materna que apenas conoció antes de exiliarse a los Estados Unidos. El Alzheimer mismo es una forma de expatriación, una privación obligada de la identidad, ya que ésta se construye siempre desde la memoria.
    Otra novela terrible, en este sentido, es El hombre aparece en el Holoceno, de Max Frisch (Alfaguara, 1981), donde asistimos a la desintegración de un hombre que vive solo en una casa de campo, y que va dejándose notas por todas las habitaciones.
    La poeta cordobesa Juana Castro acaba de publicar Los cuerpos oscuros, un demoledor y hermoso poemario donde, en un equilibrio milagroso, sin sensiblerías pero sin ahorro alguno de dolor, construye un monumento a sus padres, que sufrieron de Alzheimer. El hecho está ausente como tal del poemario, que se nos presenta desvestido de anécdota, para no caer en la trampa biográfica o documentalista. Los cuerpos oscuros vale y duele por sí solo: no hace falta esta referencia personal para que el poemario funcione ni para que uno se sienta dolido y aludido por la terrible historia que cuenta. En unos versos vibrantes, de simbolismo tenebroso pero de luminiscente calidez humana, Castro cuenta también esa historia con la que cada vez más personas pueden identificarse: el drama de los hijos, de los nietos, de aquellos que viven con la persona que sufre la enfermedad y que ven cómo, poco a poco, el anciano se va alejando, imperceptible pero implacablemente, de su entorno geográfico y afectivo. En un poema asombroso, Calle Cruz de Ventura, se narra la auténtica odisea homérica de esa pareja de mayores en uno de sus paseos, cuando sienten cómo una mano espectral va cambiando las calles, trucando las fachadas, variando los números y los escaparates, para perderlos por la ciudad, hasta que, después de caminar varias horas perdidos, la suerte los devuelve a su propio domicilio: "nosotros, ya, Ventura 14".

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  4. Muy lindo, como nos tenés acostumbrados!!!!!!!!!
    Queremos más, queremos más!!!!!!!

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  5. Gracias a todos por los comentarios. Era un homenaje a mi abuela que murió de alzheimer. A los que la conocieron, sabrán que era una mujer hermosa y una abuela de cuentos.

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  6. Hola, lei tu comentario en mi blog, y me parece una hermosa poesía , me encantaría que me permitieras publicarlo en mi blog. Creo que es muy importante compartir este tipo de cosas, debido a que siempre nos enfocamos en la patología y no en la familia, por que ellos también sufren, me gustaría mucho escribir una entrada sobre esto y mas aun publicar este poema dentro de esa entrada si pudieras comunicarte conmigo a mi correo personal 306041783@comunidad.unam.mx

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