23 de mayo de 2010

NO HABER SABIDO ANTES

Cinco pasos antes de morir recordé que nunca le había dicho a mi esposa que no me esperara.
Me la imaginé en casa cuestionando la hora al mismo tiempo en que insultaba mi tardanza, pero como iba yo a saber que estaba a 5 pasos de mi muerte, si apenas lo descubrí cuando me faltaba un pequeño tramo para caer.
Lo lamenté por ella, pobre, haberse enojado tan injustamente y encima no tener más tiempo para repararlo, pero la muerte tiene esas cosas, cuando no avisa te deja temas sin resolver, y eso fue lo que pasó con Sara, a tal punto que me visitó 6 meses consecutivos en el cementerio sin faltar un día. En el cielo a eso lo llamamos culpa.
Después aflojó, siempre se afloja pasado un tiempo, es como acostumbrarse a vivir con el nudo de la corbata. Yo tenía corbata el día que me caí, ese y el anterior, simplemente porque era tesorero de un banco. Si hubiera predecido mi muerte me la hubiera aflojado o hubiese planificado un robo para disfrutar mis últimos días, pero no, simplemente caminaba para tomar el tren y me caí. El pozo era profundo, eso lo presumo por el tiempo que tuve para pensar mientras descendía, no me dio pena caer, al contrario, seguro me haría famoso y Sara tendría un buen motivo para hacerle juicio al estado. Solo una cosa me alteraba, no haberle avisado a Sara que hoy no llegaría a comer.

5 comentarios:

  1. Está buenísimo, lástima que es tan cortito, me encanta como contás historias.... Como siempre gracias por el placer que me brindas al leerte!!!!

    ResponderEliminar
  2. Francamente bueno, esa mezcla de absurdo y rutina que dibujas en unas pocas líneas resulta perfecta.

    Besos.

    ResponderEliminar
  3. jaja muy bueno el cuento, parece un micro-relato. Mucho ingenio, aunque si lo pensamos en profundidad siempre quedan cosas pendientes, no?

    Facu

    ResponderEliminar
  4. María, me ha encantado esta historia también las que las preceden, pero ésta es que me ha sobrecogido. Cuántas veces me he imaginado ese último segundo y decirme cachis! no podré despedirme de él y, mientras, el pobre en la cafetería mentando mi tardanza de niñata de tres al cuarto. Qué disgusto.

    Tienes una portentosa capacidad de síntesis para eliminar lo supérfluo en tu escritura y sugerir que la historia no acaba donde la acabas tú. Eres de lectura obligatoria, al menos para mí, por el contenido y la forma.

    ResponderEliminar
  5. sm
    De eso se trata, no? de contar historias...

    caminante
    Lo absurdo que resultan las cosas, a veces. De eso se nutre la ficción.
    Besos

    Facu
    Me encantan los micro relatos. Pocas palabras para decir mucho.

    Mariola Po
    Cuando será ese último minuto?
    un abrazo de letras gigantes

    ResponderEliminar