"Y tantas mariposas distraídas han fallecido en tu mirada que las estrellas ya no alumbran nada...".
Gerardo Diego (poeta español)
Te miro de lejos al costado de un silencio que me prohíbe
mencionar tu nombre. Para què sirven los momentos sino son para detenerse sobre
un cielo atardecido de horas pasadas por alto. Tu vida chorreando, mojando mis
zapatos que buscan caer en la silueta de tus pisadas. Espero una frase acertada para verte sonreír
y no pierdo la distancia que me quema por dentro, como un aliento de fuego recién
encendido. Tu voz es una tierra de oportunidades, de allí me cuelgo cuando
busco recordarte queriendo subirte a mis alas. Tal vez no haya
forma de que lo sepas. De que sepas que conservo la sensación del único abrazo
que me diste. Fue ese día que evadimos la lejanía y creímos en algo que nunca explicamos
con palabras. Yo no hablaré de la duda que leí en tus ojos ni del amor que temblaste
al darme un plato que casi guardo, de por vida, como recuerdo. Es la esclavitud
de un barco amarrado, la lluvia que busca desesperadamente hundirse en los cultivos. La nostalgia de tocar
tu cara, y entender, al fin de cuentas, para que se inventaron mis manos.
...te espero en aquel final que una tarde arriesgamos de pasada.
Tanto tiempo sin publicar, un gusto volver a encontrarte. Espero seguir disfrutando de tus palabras que siempre me llegan a lo más profundo. Besos y aromas para esos amores que no serán.
ResponderEliminarMarce
Marce, tus palabras me reconfortan en este espacio que empezaba a sentir ajeno. Me quedo con el aroma de tu calidez.
Eliminar"Tu vida chorreando, mojando mis zapatos que buscan caer en la silueta de tus pisadas."
ResponderEliminarqué bonito!
Tuky, quú sería de la literatura si la vida no chorreara por todos los costados...un abrazo !
EliminarMaría Eugenia:
ResponderEliminarTantos años sin saber de ti. Me alegra profundamente que retomes tu Blog y le des aliento y vida. Bienvenida seas y ojalá -espero- sea un regreso permanente en el tiempo.
Pienso, que todos, tenemos recuerdos de un algo que quedó inconcluso y pegado en el tiempo y, que por los motivos que fuesen no lograron concretarse ni hacerse realidad. Con los años los recordamos y, forman parte de esas historias que tenemos para escribir o simplemente sentir que por un motivo secreto de la vida no tuvieron su realización.
Reitero mi alegría por tu regreso y, un fuerte abrazo recibe desde mi tierra.
Taty, yo tampoco supe de mi hasta que volví a encontrarme. Esos viajes necesarios en que uno anda a la deriva chocando con los Dioses y fantasmas. De regreso, luego de una tempestad que no hace otra cosa que devolvernos a la orilla a la cual pertenecemos.
EliminarUn fuerte abrazo
Prosa poética, vida en suma. Bellísima. Echaba de menos tus palabras.
ResponderEliminarEspero no desaparezcas de nuevo.
Un abrazo.
Isabel querida , que placer contar con tu presencia. Espero no desaparecer jaja
EliminarUn abrazo de reencuentro
En los viajes blogueros , te encontré, me gusta mucho tu estilo me ha atrapado y espero más...
ResponderEliminarBesos fuertes,
tRamos
El texto es hermoso, María Eugenia son tus pensamientos los que brotan como de una fuente en estado de ebullición y me llenan de una sensación entre melancólica y placentera.
ResponderEliminar¡Qué alegría que hayas vuelto a publicar!
¡Qué alegría que hayas venido a mi casa, también!
Muchos besos
Me alegro este encuentro, prometo visitarte y dar mas para que me sigas visitando.
ResponderEliminarBesos fuertes
Como cuando el silencio es posible y las palabras empiezan a temblar.
ResponderEliminarComo el último temblor de la hojas de otoño...
EliminarGracias Jorge!!
El tren me trajo a tu estación. Me he sentado a caminar por tu andén.
ResponderEliminarLas musas guardan aquí sus maletas.
Saludos!
Que no sea el único viaje. Un gusto verte pasear por mi andén.
EliminarSaludos
¡Qué inmensa alegría me das, Maria Eugenia! Creí que tu tren había emprendido un viaje sin retorno y no sabes cuánto eché en falta tus palabras, tu ser, toda tú.
ResponderEliminar¡Celebro tanto tu regreso! Que las tempestades que azotan el tren de tu vida te hagan encontrar el camino de regreso a la orilla para que el balanceo de la olas te susurren los ecos por descubrir y las miradas nuevas con las que coincidir.
El texto, fantástico, como siempre, con unas metáforas preciosas y únicas. Y una esperanza en el hueco del corazón.
Un abrazo inmenso.
que linda prosa poética, que despierta muchas sensaciones y eso es lo mejor que nos puede pasar al leerla, sin pensarla.
ResponderEliminarUn abrazo :)